viernes, 17 de septiembre de 2010

Querida Rinko...































...Me encantaste con tu halo de misteriosidad en el filme de Babel, con tus posteriores cambios de peinado (largo, corto, rubio, flequillo, castaño...), con tus inseguridades en Mapa de los sonidos de Tokyo y ahora estoy deseando verte en tu última película, recientemente presentada y basada en el libro de Haruki Murakami: Tokyo Blues.
No sé si es porque éste es uno de mis autores preferidos (me faltarán dos libros suyos por leer...) o porque me chifla el sushi, me intriga el barrio de Shibuya (lo mencionaba, también, el cantante Guille Milkyway de La casa azul) o por sus grandes rascacielos, hoteles temáticos y demás curiosidades, o llamémoslas diferencias, que nos separan de la cultura nipona.

Mi sueño es viajar en cuanto pueda a tu país, Rinko Kikuchi (6 de enero 1981), pero es caro y necesito tiempo. Por ahora sólo me puedo recrear con vuestros legados y pinceladas de los que disfrutamos en Occidente.

Una de esas pinceladas eres tú. Guapa, pero no; simpática, pero no; buen cuerpo, pero no... Cambiante. Pero, sobre todo, destacaría tu personalidad desbordante que se refleja en tu impecable estilo.

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