Si navegáis por mi blog o tenéis una memoria prodigiosa comprobaréis mi devoción por las fundas de las cámaras en estos últimos años. Cámaras Reflex, grandotas, buenas, de las que te piden a gritos que las guardes y protejas muy muy bien.
Si en ese post os mostraba las novedosas y coloridas fundas de DaWanda (mi amiga Anita, que es la más mañosa y creativa, se hizo una que nada tenía que envidiar a estas, de hecho), ahora os enseño la última iniciativa de Kipling.
Ni bolsos ni bandoleras: un guardacámaras con asa de cadena, en blanco y emulando la piel de serpiente. Como siempre, el mono, característico de la firma, colgando de uno de los lados.
Me gusta hasta para usarla de bolso normal: el móvil, el colorete, el pintamorros, las llaves y a la calle. Sí, lo confieso, soy tan fan de los bolsos que llego hasta el extremo de volverme loca con esta edición limitada. Tan limitada que, además, cuesta 159,90 euros.
Esta funda es GENIAL!! Me las veo y deseo con la mochilota...
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